Es ya desde enero del 2014 que la Universidad Panamericana (UP) trabaja en distintos esfuerzos para promover la integridad académica dentro de sus aulas. La integridad académica ha sido primordial para la UP debido a su filosofía educativa, que está fundamentada en el humanismo cristiano y que tiene entre sus principios institucionales la tarea de brindar una formación ética y de inculcar el valor del trabajo bien hecho.
El camino ha sido largo y los logros no se han dado de un día para otro. El Talent, Centro de Profesores1 de la UP, del cual formo parte, ha hecho una gran labor para impulsar la integridad académica en la universidad. Desde los primeros años de la iniciativa sobre integridad académica, implementamos el uso de herramientas de similitud de textos para ayudar a los docentes a prevenir el plagio. También comenzamos a impartir talleres para profesores con diversos temas2; por ejemplo, sobre cómo retroalimentar trabajos académicos, herramientas de similitud de texto, escritura creativa, estrategias en línea para promover la honestidad y el empleo del aprendizaje basado en casos para concientizar a los estudiantes respecto a la integridad académica, por mencionar algunos.
En muchos de estos talleres, he tenido la oportunidad de dialogar con algunos de los profesores sobre los retos, los aprendizajes y las propuestas de integridad académica dentro de sus clases. De manera sintética, puedo decir que esta experiencia ha sido enriquecedora para dar sustento y defender en mi universidad la perspectiva que propuso Bertram Gallant y Drinan en el 20083, la cual hace énfasis en que los profesores formen la integridad académica de los estudiantes a partir de la enseñanza y del aprendizaje, y no de la reprimenda o de la sanción. A continuación comparto algunas citas de los comentarios que varios de estos profesores me han hecho4.
Reflexiones docentes sobre integridad académica
En la mayoría de los talleres, los profesores han comentado sobre casos de deshonestidad académica en sus clases y usualmente comparten propuestas o ideas para solucionar estos casos. Por ejemplo, en una actividad, tres profesores hablaron sobre cómo la tecnología influye en que algunos estudiantes busquen nuevas formas de hacer trampa, tales como el uso de páginas web que no aparecen en buscadores tradicionales o la traducción de textos para ocultar el plagio. Para abordar la problemática, los profesores plantearon una solución transversal basada en la enseñanza y el aprendizaje:
Se observa que las estrategias para resolver este problema deben ser muy profundas y transversales. Por ejemplo, una concientización constante y en diversas materias, acerca de los efectos nocivos de esta práctica (en términos académicos y profesionales). La participación de la institución es central en el cambio de paradigma pedagógico para hacer coincidir la formación y los hábitos de los estudiantes, frente a las necesidades del nuevo paradigma educativo. Se tiene que hacer un seguimiento constante de todas las estructuras posibles (escuela, familia, individuo).
También es común que los docentes mencionen al plagio como una de las acciones deshonestas más comunes entre sus estudiantes. Cabe aquí citar el comentario de un profesor que explica cómo, en su materia de Periodismo Audiovisual, algunos alumnos copian noticias sin citarlas. En equipo con otros docentes, este profesor concluyó que es importante enseñarle a los estudiantes sobre citación, así como hacerlos parte en los distintos procesos de construcción de una clase y crear espacios para escuchar tanto sus opiniones como sus propuestas en torno a cuestiones relacionadas con la integridad académica. Presento a continuación sus ideas:
Algunos docentes también me han compartido que, en ciertas ocasiones, los estudiantes sí intentan escribir y citar de manera pertinente, pero no lo consiguen. En otros caos, los alumnos se copian entre ellos sin fijarse en los detalles, lo cual permite que los profesores detecten más fácilmente estas faltas a la integridad académica. Estas son algunas propuestas que han pensado los docentes respecto a estos retos:
También puede ser que la complejidad de una materia sea un factor para la deshonestidad. Por presentar un ejemplo, una profesora de la Facultad de Derecho me explicó que los alumnos muchas veces no muestran interés por la parte teórica de algunas materias y que ese fenómeno puede empujarlos a cometer trampa. En ese sentido, esta profesora me comentó que elabora actividades significativas para los estudiantes, con el fin de que aprendan las cuestiones técnicas de su materia.
Con la finalidad de [...] promover en mis alumnos el interés por aprender y aplicar las cuestiones teóricas de [...] un juicio, se les solicitó que elaboraran un TikTok que permitiera ver ejemplos (aplicación de cada uno de los tipos de pruebas). Para evaluar la actividad se les compartió una rúbrica con los puntos importantes del proyecto.
A partir de las reflexiones de estos profesores, me doy cuenta del avance que se ha logrado en la Universidad Panamericana. Entre las lecciones aprendidas, me parece que se ha creado una mayor consciencia entre el cuerpo académico sobre la importancia de la integridad académica. He visto cómo cada vez más profesores y estudiantes “se suben al barco” de la integridad y del hacer lo correcto ante cualquier situación. Sin embargo, creo que todavía estamos algo lejos de terminar y de alcanzar una cultura de integridad académica; pero de seis años para acá, es claro cómo el tema se habla “entre los pasillos” y también noto la preocupación creciente de los profesores en este tema. Seguimos avanzando, estableciendo distintos esfuerzos; aprendiendo y analizando la mejor forma de permear la integridad académica en nuestra casa de estudios
Referencias:
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